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Pasadan astean, LARRAKOETXEA PSICÓLOGOS-eko (Amorebieta-Etxano) langileak, BULLYING-ari buruzko hitzaldi batean egon ginen Bilbon.

Ezer barririk ez genuelakoan ikusiko eta «Save the children»-ek emondako datuak keskatuta utzi gintuen. Batez ere egindako ikerketek emandako datuekin.

Desde LARRAKOETXEA PSICÓLOGOS (en el centro de Amorebieta-Etxano) tuvimos la oportunidad de acudir a una jornada a fin de conocer los estudios realizados por la organización «SAVE THE CHILDREN» sobre el BULLYING.

Uno de cada tres estudiantes de la ESO (de 12 a 16 años) reconoce haber agredido físicamente a otro compañero y la mitad de los alumnos admite haber dicho palabras ofensivas a alguien.
Dentro de las víctimas de acoso escolar, tres de cada diez denuncia que ha recibido golpes físicos (un 6,3 % de ellos de manera frecuente), y seis de cada diez dicen que alguien les ha insultado en los últimos meses. A más de un tercio a través del móvil o de Internet.
Desde el CENTRO DE PSICOLOGÍA LARRAKOETXEA PSICÓLOGOS (Amorebieta-Etxano) pudimos ver el panorama que refleja Save the Children en su informe «Yo a eso no juego. Bullying y ciberbullying en la infancia» para cuya elaboración ha entrevistado a casi 21.500 estudiantes con el fin de analizar esta lacra tanto desde el punto de vista de la víctima como del acosador y de plantear soluciones.
La mayoría de los agresores asegura que «no sabe por qué» lo hace y la segunda respuesta más común es que lo hace para «gastar una broma»
Con estos datos Save the Children alerta de que «la violencia está presente en el entorno escolar y que «el acoso y el ciberacoso son formas de violencia entre iguales que muchas veces quedan invisibilizadas».

Visto estos datos, desde el gabinete de PSICOLOGÍA LARRAKOETXEA PSICÓLOGOS (Amorebieta) queremos dedicar unas palabras a este fenómeno que últimamente parece haberse acrecentado en la sociedad.

Todos conocemos una historia acerca del bullying o acoso escolar. El chico a quien le metieron la cabeza en el retrete. La chica a quien la critican por su forma de vestir. O el típico rechazado que se pasa los recreos solo, encerrado en el baño o en la esquina más recóndita del patio.
Mientras crecemos, el deseo de ser aceptados por nuestros compañeros no siempre resulta exitoso y hay muchos quienes sufren de maltrato físico y, en especial, psicológico. Lo irónico es que, quienes son los agresores en los casos de bullying, también suelen tener dificultades para sentirse aceptados, y es por medio de la intimidación que buscan el reconocimiento de los demás, básandose en la exclusión de otros.
El bullying se presenta más entre los adolescentes de 12 a 14 años, una edad extremadamente sensible, puesto que se pasa por muchos cambios físicos y psicológicos. Son las niñas las que más sufren del acoso escolar.

Conforme el fenómeno ha llamado más la atención de padres, profesores y medios de comunicación, en especial por casos extremos que incluso han conducido al suicidio o a serias agresiones físicas, se han ido identificando distintos tipos de bullying.

1. Exclusión social

Es el tipo más común. Consiste en aislar a la víctima: es el niño a quien los demás no lo dejan jugar con ellos, a quien nadie le habla y a quien lo hacen llorar con frecuencia. Es el más difícil de combatir, pues suele ser silencioso y pasar inadvertido para los profesores, quienes son las figuras de autoridad.

2. Intimidación

Consiste en inculcar el miedo. Puede incluir amenazas, hostigamiento físico o acoso a la salida de clases, cuando no hay supervisión de adultos cerca. Es la segunda clasificación que se presenta con mayor frecuencia, con el agravante de que, al estar la víctima bajo amenaza, no se atreve a comentarlo con sus padres o profesores.

3. Manipulación social

Se basa en criticar a la víctima y distorsionar su imagen. Todo lo que haga o diga es objeto de burla. De forma inconsciente, muchos niños también se suman en ridiculizar al afectado, pues creen que merece lo que recibe. Así, se extiende por el grupo escolar y la víctima adquiere la etiqueta de “rechazado”, lo cual lo aísla aun más.

4. Coacción

El objetivo es que la víctima realice acciones contra su voluntad. Los acosadores buscan ejercer dominio y, a través de ello, obtener beneficios, como robarse un examen por ejemplo. Sin embargo, la mayor ventaja es la sensación de poder de tener control sobre otro, lo cual refuerza su imagen ante los demás de ser los líderes.

Ante cualquiera de estas señales, tanto la víctima como el agresor deben recibir atención y encontrar mecanismos de negociación para ponerle fin al acoso.
La parte positiva es que cada vez hay más información al respecto al alcance de padres y maestros, de modo que lo que antes se consideraba una “cosa de niños” está clasificado ya como un tipo de agresión. Una grave y que no debe ser ignorada, en vista de que puede tener consecuencias no solo en el presente, sino a largo plazo, al criar adultos carentes de empatía o con falta de autoestima.

Alan da be, gai honetaz hitzegiten jarraituko dogu BIZKAIA IRRATIAN eguaztenean 12:30etan.

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